Los Rockets ya no tienen las herramientas necesarias para sobrevivir a la primera ronda
El equipo de Rockets que sorprendió con su enorme esfuerzo en la segunda mitad de la temporada -- tuvo la mejor marca de la liga desde el 1° de enero con una sorprendente racha de 22 triunfos consecutivos a pesar de haber perdido a Yao Ming por el resto de la temporada -- ve sus chances esfumarse tras haber perdido el Juego 2 en casa ante el Jazz por 90-84 el lunes.
El motivo es sencillo. Sin Yao, éste equipo no tiene margen de error.
El motivo es sencillo. Sin Yao, éste equipo no tiene margen de error.
De modo que si fallan un par de tiros libres, si les cobran una falta en los últimos minutos, o si uno de los reservas de Utah hace un aporte importante, simplemente no tienen las herramientas necesarias para responder.
El lunes, eso fue más evidente que en el Juego 1, cuando los Rockets lucharon para recuperar un déficit de nueve puntos y tuvieron la oportunidad de empatar el partido en el último minuto.
"Los hombres que están en los vestidores dieron todo", dijo el entrenador de Houston, Rick Aldman. "No puedo pedir más esfuerzo del que brindaron, pero no alcanzó".
A la larga, la incapacidad de acertar tiros libres (Houston terminó con 16 de 26) y la falta de amenazas ofensivas secundarias fueron demasiado para los Rockets.
Por más emocionante que fuera el partido al final, la verdadera historia podría haberse contado en la primera mitad. Tracy McGrady dominó a los dos lados de la cancha con 16 puntos, ocho rebotes, cuatro asistencias y los mejores movimientos defensivos que he visto de él. McGrady realizó bloqueos limpios en intentos de Matt Harping y Carlos Boozer desde el poste, le sacó una falta ofensiva a Harping y robó un balón en otro intento de corta distancia.
A pesar de todo eso, los Rockets regresaron a los vestidores con un déficit de seis puntos ya que McGrady prácticamente no tuvo apoyo. Peor aún, su tanque de combustible se vaciaba rápidamente. Aunque sigue siendo un jugador ofensivo brillante, no es de esos que pueden soportar 43 agotadores minutos ante un equipo físico como Utah, y anoche lo comprobamos.
Para el último cuarto estaba terminado, la energía apenas le alcanzó para intentar algunos tiros en salto que casi ni alcanzaron a rozar el frente del aro, y terminó con un punto en ese período.
"En el último cuarto, no tenía nada", dijo McGrady. "No tenía piernas, estaba vacío. Sólo podía arrastrarme, y tenía a un fresco [Andrei] Kirilenko, de 6'10 pies [1,86 m.], sobre mí, y simplemente no tenía [energía]".
"En el último cuarto, no tenía nada", dijo McGrady. "No tenía piernas, estaba vacío. Sólo podía arrastrarme, y tenía a un fresco [Andrei] Kirilenko, de 6'10 pies [1,86 m.], sobre mí, y simplemente no tenía [energía]".
"Tiene que hacer tanto por nosotros", dijo Adelman. "Eso te cansa después de un rato, especialmente ante un equipo físico como éste".
De hecho, Adelman se encuentra en un callejón sin salida. No puede darse el lujo de descansar a McGrady, porque el banco de Hoston no es lo suficientemente bueno como para mantener una marca recuperable -- especialmente sin Rafer Alston (a quien esperan de regreso para el Juego 3). Pero tampoco puede darse el lujo de no descansarlo, y vimos porqué en el último cuarto. Básicamente, está terminado de las dos maneras.
"Acorté la rotación a propósito esta noche", dijo Adelman. "No había tiempo para derrapes de cuatro o cinco minutos".
Pero la corta rotación terminó consumiendo las energías de su jugador estrella.
"Estás condenado si lo haces, y también si no lo haces", dijo. "Sabía que teníamos dos días libres después de esta noche, así que no estaba demasiado preocupado [con el descanso]. Sólo quería que estuviera lo más fresco posible en los últimos siete minutos".
A pesar del desvanecimiento de McGrady, Houston consiguió ponerse en posición de empatar el partido en el último minuto antes de que dos jugadas claves lo condenaran.
La que levantó la bandera roja de alerta para los Rockets fue la falta ofensiva de Luís Scola con 45.4 segundos por delante. McGrady había recuperado un balón suelto en la esquina izquierda y le estaba pasando el balón a Bobby Jackson, quien estaba abierto al otro lado de la cancha, para un potencial triple que hubiera empatado el partido. Pero cuando Kirilenko salió a marcar a McGrady, Scola extendió el brazo y le dio un empujoncito hacia la línea.
Kirilenko adornó el contacto con un vuelo de pájaro a las gradas que hubiera enorgullecido a Greg Louganis. Mientras tanto, las repeticiones parecían mostrar al réferi Tony Brothers mirando para otro lado hasta que vio a Kirilenko completando su segunda voltereta. Recién ahí marcó la falta. De todas maneras no era su decisión -- se suponía que el árbitro de afuera tenía que hacerse cargo, pero decidió pasar.
No fue una gran idea de Scola ponerse en esa posición --¿por qué hacerlo?-- pero, como podrás imaginarte, los Rockets se fastidiaron con la sanción.
"Apoyó la mano sobre el hombro de Kirilenko, y éste cayó como si hubiera sido arrollado por un camión", dijo Adelman. "¿Y vas a marcar esa falta a esa altura, en este partido, cuando seis segundos antes Luís fue al aro y lo golpearon, y el mismo hombre no marcó la falta?"
"Estoy muy molesto con eso. [Kirilenko] literalmente se dejó caer. Si Scola fuera tan fuerte, hubiéramos logrado mantener a estos muchachos más alejados de las tablas".
La segunda jugada clave fue una simple cuestión de suerte -- cuando Kyle Korver (Utah) falló su tiro desde el costado, Kirilenko bajó el rebote y se lo pasó rápidamente a Korver, quien encontró la red justo cuando sonaba la campana. Ese tiro puso a Utah 85-80 con 20.2 segundos de juego por delante, cerrando el partido -- y tal vez la temporada de Houston.
Aún no ha terminado, como señalaron los dos entrenadores después del juego, pero a raíz de lo que vimos en estos dos partidos, yo diría que sí ha terminado. En el mejor de los casos, los Rockets llevarían la serie de regreso a Houston para el Juego 5 -- después de todo, son uno de los cuatro equipos que ganaron en Utah esta campaña. ¿Pero ganar allí dos veces en tres intentos, y ganar aquí en Houston dos veces? No sucederá.
Así que recordaremos con cariño a este equipo de Houston por su racha ganadora de 22 partidos y su valor frente a la ausencia de Yao. Pero lo más probable es que la próxima vez que los veamos jugando en Houston sea en octubre.
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